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Los columnistas de opinión son gente envidiable. No tienen por qué someterse a la lógica, pueden razonar a base de contrafácticos inverificables, inferencias incorrectas, tópicos ultramanidos, especulaciones disparatadas, juicios de valor, supuestos que no se cuestionan y falacias de todo tipo, con tal de que envuelvan sus majaderías en una florida retórica. La anáfora es un recurso que nunca falla. Añádanse unos cuantos adjetivos bien puestos y unas analogías y columna hecha.
Aunque la verdad es que más o menos todo el mundo razona así (paréntesis autorreferencial: este post hace una generalización indebida sobre los columnistas de opinión; y puede que otra sobre cómo razona "todo" el mundo). El espacio discursivo, dicho pedantescamente, es un espacio sucio, pasional. La argumentación no está libre de retórica.
a mi me encantaría que un día, cuando acercan un micrófono a un tertuliano, este dijese, "pues no tengo ni idea de ese tema, lo siento, no puedo opinar"
ResponderEliminar¿te imaginas?
No, yo tampoco :)
Inimaginable XDD
ResponderEliminarSus opiniones se crean escuchando las opiniones de otros tertulianos, es una especie de círculo vicioso y endogámico. "La creación circular de la doxa en el tertulianismo contemporáneo"... ese sería un buen tema de investigación, jeje