Gustave Doré
La formulación abreviada de esta regla [fay çe que vouldras, haz lo que quieras] no es, por lo demás, una invención de Rabelais, sino que se remonta al autor de uno de las primeras reglas monástica, es decir, a Agustín, quien en el comentario a la primera epístola de Juan (PL, 35, 2033), había compendiado el precepto de la vida cristiana en la cláusula genuinamente gargantuesca: dilige et quod vis fac (ama y haz lo que quieras).Giorgio Agamben, Altísima pobreza: reglas monásticas y forma de vida
El cristianismo es la anarquía total.
PD: Sobra decir que el nacionalcatolicismo español es obra del diablo.
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