Así que aquí están otra vez Las Grecas —en este blog conviven en pie de igualdad Las Grecas y Kant, porque defendemos fervientemente una ontología plana de la que tal vez en otra ocasión hablaremos— con una canción tremenda sobre el pathos trágico del amor*, ese hijo de la pobreza y de la abundancia que a veces se comporta como un pequeño hijo de puta.
*Que es sobre lo que versan prácticamente la totalidad de las canciones de Las Grecasª.
ªExiste cierto vídeo en el que interpreto, con un amigo, en su despedida de soltero, a eso de las mil de la mañana, la celebérrima Te estoy amando locamente. Dicho vídeo no podrá ser visto en este post.
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