Lo que uno sabe es que la creación de un Estado judío dejó intacto un hecho de la vida judía: no es posible dar por sentado el derecho a vivir. Otros pueden; nosotros, no. No quiere esto decir que todo el mundo viva agradable y plácidamente bajo un régimen decente. No, significa tan solo que los judíos, por ser judíos, nunca han podido considerar el derecho de vivir como un derecho natural.Saul Bellow, Jerusalén, ida y vuelta: un relato personal
jueves, 1 de octubre de 2015
Por ser judíos
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