miércoles, 20 de mayo de 2015
Perder el tiempo es un arte, como todo
Y yo, por desgracia, lo hago excepcionalmente bien. Cualquier artículo chorra atrae mi atención igual que la luz artificial atrae a las polillas. He estado leyendo, por ejemplo, artículos sobre los fofisanos, un tema que no solo no me interesa lo más mínimo sino que incluso me da algo de grima, y no tanto por los fofisanos en sí, que sencillamente me son indiferentes, como por esa horripilante palabra: fofisanos. La palabra más fea de la historia de la lengua española. Deplorable. Todos los fofisanos deberían ir al gimnasio y eliminar toda su grasa corporal solo para lograr que la palabra, al carecer de referente, dejara de usarse.
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