Aquí se les desea a Deleuze y a Guattari que exista un círculo en el infierno de Dante reservado para ellos. No sé dónde andará Guattari, pero sé perfectamente dónde está Deleuze: danzando y riendo con Nietzsche*. Ambos espíritus ligeros, afirmativos, luminosos.
*Me acabo de dar cuenta de que he dicho con quién está, no dónde.
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