Sí, todavía amamos el comunismo. Y no dejaremos de hacerlo.
Lo sueños y los deseos incumplidos de la humanidad son más bien los miembros pacientes de la resurrección, siempre en acto para despertar en el último día. Y no duermen encerrados en preciosos mausoleos, sino que están clavados, como astros vivientes, en el cielo remotísimo del lenguaje, del que apenas conseguimos descifrar sus constelaciones. Y esto -al menos esto- no lo hemos soñado. Ser capaz de atrapar las estrellas que como lágrimas vivas caen del firmamento jamás soñado de la humanidad -ésta es la tarea del comunismo.Giorgio Agamben, Idea de la prosa.
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