PD: Ya, prometí que no iba a dar más la vara con el tema, pero, en fin, si vamos a seguir teniendo instituciones profundamente antidemocráticas y corruptas, al menos habrá que reírse de ellas. En 1994 y en 2003 ya había, aunque parezca mentira, críticas a la Monarquía (y otras fechorías).
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