Sin horizontes no se puede existir. Tampoco sin ideales. De hecho, lo que el horizonte permite dibujar son ideas reguladoras de nuestro conocimiento y de nuestro ethos. En tanto que guías que orientan nuestra conducta, son ideales. En tanto que pueden ser reflexionadas, o articuladas en una concepción filosófica coherente, son ideas.Eugenio Trías, La edad del espíritu
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