Retorciendo la idea estoica de que para ser felices debemos preocuparnos solo de las cosas que dependen de nosotros, la ética de la autoayuda afirma que todo depende de nosotros, y convierte el planeta entero en una expresión de nuestra voluntad. Mark Fisher se refiere a estos discursos sobre la felicidad como «voluntarismo mágico», en tanto que llevan la ideología individualista y privatizadora de la libre elección a un nivel cósmico: todo lo que nos pasa, para bien o para mal, es resultado de nuestros pensamientos, deseos y acciones, independientemente de cualquier consideración material externa a nosotros mismos.
Eudald Espluga, No seas tú mismo
No hay comentarios:
Publicar un comentario